viernes, 2 de junio de 2017

Chivo frito en salsa de almendras


El chivo lechal es uno de los productos más tradicionales de la Axarquía malagueña.  En pueblos como Arenas, Sedella, Canillas de Aceituno, Árchez o Cómpeta hablar de chivo es hablar de tradición y de cocina hecha con pasión y con esmero.

Platos como el chivo al horno, al ajillo, en caldereta o como en esta receta, el chivo frito en salsa de almendras han pasado de generación en generación desde hace siglos y constituyen un legado que debemos ayudar a mantener aunque nuestro sistema de vida de hoy en día sea distinto al de nuestros antepasados.

Os recomiendo que hagáis este plato cuyo truco no es otro más que utilizar una buena materia prima y cocinarlo con paciencia. Para este tipo de calderetas no debemos tener prisa. Hay que dejar que se haga llevándose su tiempo necesario y en el resultado veréis que realmente merece la pena.

Ingredientes:

1/2 chivo lechal malagueño cortado en trozos (aprox. 2 Kg de carne)
2 cabezas de ajo
200 gr. de almendras peladas
200 gr. de miga de pan cateto "asentao"
2 ó 3 hojas de laurel
1 limón
1 vaso de vino blanco
Aceite de oliva virgen extra
Pimienta negra molida
Sal

Comenzamos poniendo el chivo en una cacerola con abundante agua. Llevamos a ebullición un par de minutos. Quitamos la espuma que sube a la superficie.


Escurrimos bien el chivo. Este proceso se hace para que la carne quede bien limpia para cocinarla.


En una sartén aparte freímos las almendras y 4 dientes de ajo. Pasamos al mortero para hacer un "majaíllo".


Mojamos la miga de pan en agua y le incorporamos el zumo del limón. Hacemos una pasta que mezclaremos con el "majaíllo" de las almendras y los ajos. Reservamos.


En una perola amplia rehogamos el resto de ajos más la otra cabeza partidos por la mitad sin pelar. Agregamos el chivo salpimentado.


Dejamos al fuego removiendo de vez en cuando hasta que el chivo comience a tomar un color dorado.


Añadimos el vino blanco y tras unos minutos incorporamos todo el "majaíllo" que teníamos reservado y las hojas de laurel.


Cubrimos con agua y bajamos el fuego. Dejamos que se haga durante entre una hora u hora y media hasta que la salsa haya tomado consistencia y el chivo esté bien tierno.


Servimos calentito y si lo acompañamos de unas patatas fritas y una buena barra de pan pues mejor que mejor!

A disfrutarlo!!!


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