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domingo, 22 de diciembre de 2013

Dorada a la sal


Uno de los platos marineros de Málaga por excelencia es la exquisita dorada a la sal. 

Resulta curioso cómo un plato tan sencillo es tan exquisito. Sólo necesitamos contar con unas doradas bien frescas de calidad y hacer los procesos correctamente para poder disfrutarlo en casa.




Ingredientes:

Una dorada grande o dos doradas medianas
Sal gruesa marina para cocinar al horno
Ensalada para guarnición
Mayonesa o salsa tártara para acompañar



En una bandeja de horno colocamos la base de sal y las doradas. Echamos una buena capa de sal sobre las doradas y siempre mojándonos las manos bajo el grifo vamos trabajando la sal presionándola con delicadeza sobre las doradas hasta que éstas queden bien cubiertas con la sal humedecida por todas partes.

Precalentamos el horno a 180º e introducimos las doradas. El tiempo de horneado en esta receta es la diferencia entre un plato 10 o uno mediocre pero como siempre suelo decir, cada horno es un mundo. Yo os doy los tiempos en el mío: en el caso de tratarse de dos doradas lo tendremos 20 minutos y si fuera una dorada hermosa deberíamos tenerla 30 minutos. 

Para que estén en su punto exacto, la carne tiene que estar muy jugosa pero no debe tener sangre en la espina central. Si las vais a hacer para una ocasión especial, os recomiendo preparar una con antelación para poder calcular el tiempo de horneado perfecto adaptado a vuestros hornos.

Sacamos la bandeja del horno y la sal que cubre las doradas debería salir en un bloque compacto. 


Sacamos las doradas con mucho cuidado para que queden bien limpias de sal. 

Les quitamos la piel y las espinas para servir los lomos limpios.

Este plato hecho en su punto es un manjar para días especiales.

Normalmente me gusta acompañarlas con una ensalada un poco especial como de canónigos, queso de oveja curado y arándanos con vinagreta de miel.

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Me gustaría dejar un truquillo para que al limpiar nos salga la sa la modo de caparazón, quiero decir dejando el menor resto posible y es añadir un par de claras de huevo batidas en la sal

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    1. Totalmente de acuerdo porque la clara de huevo hace el efecto de "pegamento" y une toda la sal en un bloque. De todas maneras si se limpia con cuidado y esmero, no debe entrar sal en la carne de la dorada ;)

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