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viernes, 25 de noviembre de 2016

Galletas rellenas fritas


Son varios los postres típicos de las abuelas en los que la base son las tradicionales y sencillas galletas María. Todos conocemos la clásica tarta de chocolate y galletas o la tarta de galletas con zanahoria, coco y mantequilla.

En esta ocasión os voy a explicar cómo se hacen las galletas rellenas fritas. A mi me gusta rellenarlas de crema pastelera pero sé que hay otras versiones en las que se rellenan de flan, crema de cacao, mermelada... 

Ingredientes:

Galletas María
1/2 litro de leche entera
1 rama de canela
cáscara de limón
2 huevos
Aceite de girasol o de oliva suave para freír
Azúcar
Canela molida

Para la crema pastelera:

1/2 litro de leche
1 rama de vainilla
3 huevos
100 gr. de azúcar
50 gr. de Maizena

Comenzamos haciendo la crema pastelera. Para ello ponemos la leche a calentar en un cazo junto con la rama de vainilla abierta por la mitad. Dejamos que se infusione unos minutos, retiramos la vainilla y apartamos para que se enfríe un rato.

En un recipiente mezclamos la Maizena con el azúcar. Incorporamos parte de la leche sin dejar de trabajar con unas varillas. Seguimos batiendo e incorporamos los huevos de uno en uno.

Agregamos la mezcla al resto de la leche que hemos dejado en el cazo y ponemos a fuego suave sin dejar de remover con las varillas para que no cuajen los huevos. Tras unos minutos al fuego nuestra crema pastelera habrá espesado.

Pasamos la crema pastelera por un colador para evitar que tenga ningún grumo y la colocamos en un recipiente tapándola con papel film procurando que el papel esté en contacto con toda la superficie de la crema tal y como veis en la imagen. Este proceso se hace para evitar que se haga costra al enfriarse.


Cuando la crema pastelera esté bien fría pasamos a rellenar nuestras galletas.


A mi me gusta ponerles una cantidad generosa.


En el otro medio litro de leche ponemos la rama de canela y la piel de limón. Infusionamos durante unos minutos y dejamos que se enfríe.


Pasamos las galletas por la leche infusionada. En este paso hay que ser cuidadoso porque si las tenemos en remojo demasiado tiempo se nos romperán. Hay que tenerlas lo justo para que se mojen pero podamos seguir manipulándolas.


Seguidamente las pasamos por huevo batido.


Las freímos en abundante aceite caliente. La temperatura de la fritura no debe ser muy alta, debemos hacer una fritura suave.


Una vez fritas las colocamos sobre papel de cocina para quitarles el exceso de grasa. 

Si quedan algunos flecos del huevo los quitamos con los dedos. Así nuestras galletas quedarán bien redondas y bonitas.


Seguidamente las pasamos por una mezcla de azúcar y canela molida. No esperéis a que se enfríen para hacer este paso ya que para que se pegue el rebozado deben estar aún calientes.


Las colocamos en un plato y esperamos a que se enfríen para disfrutarlas.


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