Zanahoria "morá aliñá"

El cultivo de zanahoria morada se ha visto incrementado en Málaga desde hace unos años gracias al trabajo de los agricultores pueblos malagueños como Cuevas Bajas o Cuevas de San Marcos.

En Cuevas Bajas todos los años a principios del mes de diciembre se celebra la Fiesta de la Zanahoria Morá, evento declarado de Singularidad Turística de la Provincia por la Diputación de Málaga. El municipio ofrece a los asistentes un amplio programa de actividades gastronómicas y culturales así como una degustación de su tradicional plato de migas con picaíllo de zanahoria morá.

Aunque hay a quien le pueda sorprender el color de esta zanahoria, en realidad podemos decir que es uno de los antepasados de las más conocidas de color naranja. 

La zanahoria morada es una variedad de zanahoria que proviene del continente asiático, concretamente de Afganistán. A pesar de tener más de 3000 años de antigüedad dejó de cultivarse por el auge de la variedad naranja que fue introducida por los holandeses a mediados del s XVI como una forma de rendirle tributo a la casa real holandesa de Orange.

Esta variedad de zanahoria se caracteriza por ser de mayor tamaño, tener un sabor más dulzón y una textura más dura y compacta.

Si no disponéis de zanahorias moradas, esta receta puede hacerse con otra variedad de zanahoria y queda igualmente rica. Os la recomiendo porque se trata de un aperitivo muy sano y una forma genial de tomar verduras.

Ingredientes:

2 zanahorias moradas

4 dientes de ajo

comino molido

orégano

sal

pimienta negra

 Un chorreón de vinagre de vino

Un dedo de aceite de oliva virgen extra

Comenzamos pelando las zanahorias. Las hervimos en agua con un pellizco de sal. Es importante que queden un poco duritas y no nos pasemos en la cocción. 

Una vez cocidas las escurrimos y cortamos en láminas. 

Guardamos el agua de la cocción ya que al final la necesitaremos.

En un mortero ponemos los dientes de ajo, la pimienta, el comino y el orégano. Añadimos sal en escamas y comenzamos a hacer nuestro majaíllo.

Si el sabor del ajo os resulta muy fuerte podéis reducirlos a dos para que queden más suaves.

Agregamos el vinagre adaptando la cantidad al gusto y cuando esté todo bien trabajado es el momento de ponerle un poco de aceite de oliva.

Colocamos la zanahoria en un recipiente y le añadimos el majaíllo.

Cubrimos con el agua de haberlas cocido hasta que queden bien cubiertas. Cerramos y agitamos con cuidado para que se reparta bien todo el aliño. 

Guardamos en el frigorífico y esperamos un par de días para poder consumirlas.

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