Carne de membrillo

Uno de los postres más tradicionales es sin duda la carne o dulce de membrillo. Esta fruta típica de otoño es la protagonista de esta receta que podemos conservar en el frigorífico durante muchos meses ya que gracias al azúcar y el zumo de limón que actúan como conservantes naturales no se nos estropeará.

Podemos degustarla sola o en múltiples recetas y combinaciones: con queso fresco como os propongo en las imágenes, con hojaldre, con frutos secos, yogur, en salsas, chutneys… mil ideas para explorar y disfrutar en la cocina.

Ingredientes:

3 membrillos

1 limón

1 rama de canela

Azúcar

Comenzamos cortando los membrillos quitándoles la parte central de las pepitas. Lo ponemos a cocer en agua con una rama de canela y la piel del limón hasta que queden tiernos.

Cuando estén fríos le extraemos la carne y la trituramos. La pesamos para calcular la cantidad de azúcar que le vamos a poner. Si os gusta la carne de membrillo muy dulce se suele añadir la misma cantidad de azúcar que de membrillo.

 Personalmente me gusta que esté un poco fuerte y tenga su punto de acidez, por esta razón calculo un 70% de azúcar por cantidad de membrillo. No podemos poner menos cantidad de azúcar porque en ese caso no nos cuajaría ni se nos conservaría bien.

Colocamos en una cacerola y agregamos el zumo de limón. Ponemos a fuego medio y dejamos que se haga sin parar de remover con una cuchara para que no se nos pegue. 

Debemos tener cuidado y cubrirnos bien las manos y los brazos ya que podemos quemarnos en caso de que salte un poco.

Dejamos que se haga aproximadamente durante una hora. Sabremos que está hecho cuando se haya evaporado toda el agua del membrillo. Cambiará a un color tostado y la textura será tan espesa que la cuchara quedará sostenida por la propia carne de membrillo.

Lo colocamos en un recipiente hermético y esperamos a que se enfríe antes de cerrarlo y guardarlo en el frigorífico.

Cuando esté frío se cuajará y podremos cortarlo con un cuchillo.

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