Una de las formas más tradicionales de guardar la carne del cerdo después de la matanza es introducirlo en orzas o recipientes de barro de gran tamaño utilizando como conservantes la manteca o el aceite de oliva.
Hoy en día esta práctica ha caído en desuso y es una lástima ya que el sabor del lomo casero no tiene comparación con ninguno que esté fabricado de forma industrial.
Existen varias formas de hacerlo porque como ya he comentado varias veces en el blog, cuando una receta es tan tradicional podemos encontrar muchas versiones de la misma dependiendo del lugar o incluso de las familias que lo hacen.
Yo os voy a explicar paso a paso cómo lo hago y os puedo asegurar que queda de rechupete así que os animo a hacerlo porque tiene muy poco trabajo y... ¡Lo vais a disfrutar un montón!